El invierno siempre es largo; desde que termina una temporada hasta que empieza la otra pasan cinco largos meses en los que las noticias se hacen de rogar. Fichajes, el nuevo calendario, patrocinadores y sobre todo las presentaciones de los equipos hacen que los meses de parón sean más llevaderos.
El día de la presentación de un equipo es especial, hay algo en el ambiente que lo hace diferente ya sea ver la nueva máquina o la sonrisa incontrolable en la cara de los pilotos. La sábana que cubre las motos crea expectación, cierto nerviosismo por ver el nuevo diseño, los colores o esos pequeños detalles que las vuelven únicas.
La puesta de largo de cada equipo tiene algo que las hace única, pero este año vestir a Andrea Dovicioso por primera vez de rojo o hacer a los pilotos jugar con motos de nieve no era suficiente para que Ducati destacara sobre Yamaha y el HRC.
Allá por 2010 Valentino Rossi besaba su Yamaha M1 como despedida y ahora tras dos años y muchas más penas que alegrías volvía a hacerlo. Vuelve a la escudería que tanto le ha dado con ilusión reconociendo su fracaso con Ducati como solo él sabe, con una sonrisa.
La marca de los diapasones reúne de nuevo a Jorge Lorenzo y Valentino Rossi en un mismo box, esta vez sin muro, para seguir dominando el Mundial. Para que Lorenzo revalide título. Para que Rossi recupere su sitio en la parrilla
El segundo as en la manga se lo tenía guardado HRC. El equipo japonés presenta en sus filas a Marc Márquez, el que aspira a ser rookie del año y del cual se esperan cosas muy grandes.
Con el título de Moto2 bajo el brazo llega como segundo y con Dani Pedrosa como profesor. Él asegura que está para aprender, el resto deseamos que siga maravillándonos como ya hiciera el año pasado.
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