jueves, 21 de noviembre de 2013

Mr. 100%


Para que un deporte pase de ser desconocido a algo de referencia en un país solo se necesita una persona, y en el caso del motociclismo en Australia esa persona es Wayne Gardner. Fue el piloto de Wollongong quien hizo que el país se fijara en el mundo de las dos ruedas tras convertirse en el primer australiano en ganar el título de 500cc en el Mundial de Motociclismo y se convirtió así en un deportista de referencia en su país. En 1988, la marca de cerveza Swan Breweries sacaba en sus anuncios de televisión a deportistas australianos bajo el eslogan “Decían que nunca lo conseguirías” y por primera vez aparecía Wayne Gardner.

Criado en dirk track, en Yamahas de 250/350 y en Superbikes comenzó a competir a los 18 años en el Campeonato de Australia, terminando segundo en su debut y consiguiendo su primera victoria unas semanas después. Por aquel entonces le llamaban el Genio de Wollongong En 1981 dejó Australia sin haber ganado ningún título nacional, pero su éxito sobre una Honda en Gran Bretaña le valió para ganarse un hueco en el Mundial de 500cc con una RS500R en 1983.

Debutó en el circuito de Assen con el equipo británico de Honda, aunque no logró puntuar ese año. En el 84 pese a correr solamente 5 de las 12 carreras del Campeonato terminó séptimo en la general con 33 puntos y consiguió su primer podio en Anderstorp, Suecia.

Su primera victoria llegó en el circuito del Jarama en 1986, el primer año que corría completo como piloto de Honda, y con dos victorias más terminó segundo el Mundial por detrás de Eddie Lawson. El año siguiente Honda mejoró la moto y Gardner consiguió el título con siete victorias, la última en Brasil, el penúltimo Gran Premio de la temporada. Ese año, a su lado, tenía como ingeniero a su compatriota – que en aquella época ya había ganado con Freddie Spencer y que ahora no necesita presentaciones – Jeremy Burgess.

El título de Gardner en 1987 no solo hizo que aumentara la popularidad del Mundial de Motociclismo en Australia, sino que se incrementó la cobertura del mismo por parte de la prensa escrita y la televisión. Este aumento de popularidad llevó a que en 1989 se disputara por primera vez un Gran Premio en Philip Island.
Esa primera carrera en el circuito australiano la ganó el Genio de Wollongong y le dio a la afición australiana algo por lo que animar. Desafortunadamente su temporada se vino al traste al romperse la pierna en una caída en Laguna Seca.

Desde 1985 Gardner corría con el equipo de fábrica Rothams Honda, al que en 1989 se unió el también australiano Mick Doohan, e irónicamente Eddie Lawson máximo rival de Gardner, que conseguiría ese año su tercer título Mundial.

1990 fue una temporada bastante frustrante para Gardner que pese a ganar en Jerez, una lesión le hizo perderse varios Grandes Premios, pero consiguió terminar la temporada en alto al lograr su segunda victoria consecutiva en el circuito de casa, quedando pese a correr con la muñeca rota, por delante de Doohan y el Campeón del momento Wayne Rainey.

En 1992 tras unas temporadas no muy brillantes se retiró de la alta competición, aunque permaneció ligado al mundo de las dos ruedas ayudando a pilotos como Daryl Beattie en sus inicios y rodando en eventos especiales.

Durante sus años sobre una 500cc también compitió en las 8 horas de Suzuka ganando las ediciones de 1985, 1986, 1991 y 1992.

Tras retirarse de las 2 ruedas, Gardner centró su atención en las cuatro ruedas, comenzando a competir sobre un coche de carreras el mismo año de su retirada del motociclismo. El cambio a coches le supuso a Gardner unos años de buenos resultados tanto en Australia como en Japón.

En Australia, en 1993 Gardner comenzó a competir en el Campeonato Australiano de Turismos con el equipo Holden Racing. Los muchos accidentes que tuvo mientras pilotaba para ese equipo le valieron el mote de Capitán Caos. Un año después creó su propio equipo, Wayne Gardner Racing – con Coca Cola como patrocinador y Neil Cromptomo como compañero. El equipo cerró en 1999, pero Gardner continuó corriendo en V8 Supercars hasta el 2002.

Durante estos años, consiguió en 1997 una sorprendente victoria en la carrera inaugural del Campeonato de V8 Supercars, ya que el mismo había anunciado que la falta de fondos no le permitiría correr tofo el campeonato y a su vez no partía como favorito para el mismo.

Como ya había hecho cuando competía sobre una moto, Gardner volvió a dejar su Australia natal para correr el Campeonato de Gran Turismo All Japan, con un Toyota Supra. En 2001, un año antes de su retirada consiguió la distinción de ser el único piloto de Toyota en terminar cada carrera de la temporada, y de hacerlo en la zona de puntos a su vez. Llegó un momento que tuvo tantas victorias en Japón que se ganó el apodo de Mr. 100%.

Tras su título en 1987 fue nombrado Miembro de la Orden de Australia en la lista de Honores de 1988 y la Federación Internacional de Motociclismo le nombró Leyenda de MotoGP.

Más allá del mundo de la velocidad Wayne Gardner donó sus huellas a la Fundación Davson Artist for Life para ayudar a las especies en peligro de extinción y la paz mundial.

En la actualidad se dedica a llevar las carreras de sus hijos Remy de quince años, que ya ha participado en el CEV, y Luca de 13 años.

En los 80 y 90 aparecieron una serie de pilotos que forman parte de esa generación que empezaron a levantar pasiones entre los aficionados con sus duelos. Gardner, es uno de los Mamola, Lawson, Rainey, Doohan o Schwantz que en aquella época enamoraron al público y es una historia que todavía dura.

Wayne Gardner fue piloto de un solo título, como muchos otros, pero su título y su andadura por el Mundial sirvió para que Australia conociera el motociclismo y para que el Mundial llegara a Australia.  


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