Ya que el
domingo Marc Márquez puede convertirse en el piloto más joven de la historia en
conseguir el título de la categoría reina, me ha parecido oportuno recordar al
piloto que hasta el momento regenta ese título y que además cuenta en su
curriculum con algo que nadie más ha logrado en la historia del motociclismo.
Ese piloto no es otro que Freddie Spencer o Fast Freddie.
Le llamaban
'Fast' por cómo iba encima de la moto, pero todo empezó cuando ya con cuatro
años era un habitual de las competiciones de Dirt Track cercanas a su ciudad
natal, Shreveport en Louisiana.
Ganar en 1978 el
Campeonato Americano de 250cc, hizo que Honda le fichara para su equipo de
Superbikes. Pero no adquiriría fama internacional hasta que a principios de los
80 formara parte del equipo americano que se enfrentó al británico en las
carreras Trans-Atlánticas. Fue entonces, al ganar dos de las mangas y dejar por
el camino a unos tales Kenny Roberts y Barry Sheene, cuando su nombre empezó a
sonar por todo el mundo con fuerza y no solamente en Estados Unidos.
Los cinco años
siguientes fueron intensos, un continuo proceso de evolución y aprendizaje para
un jovencísimo Freddie Spencer. En 1981 compagina el Campeonato Europeo con el
Campeonato de Superbikes, siempre sobre una Honda. En 1982 corre por primera
vez el Mundial entero pero Honda le hace perder el año con un prototipo fallido
-la NR500-, y en 1983 llega su gran año.
Aquel año es
recordado por todos los que lo vivieron e idealizado por todos los que hemos
tenido que leer y ver vídeos para saber de el, como uno de los títulos más
dramático de toda la historia del Campeonato del Mundo. Spencer sobre una Honda
y Kenny Roberts sobre una Yamaha lucharon el uno contra el otro por el título,
ganando seis carreras cada uno. El mundial se decidió en la penúltima ronda en
Suecia, cuando los dos pilotos colisionaron en la última vuelta; Roberts se
salió de pista dejando a Spencer vía libre para ganar la carrera. Roberts ganó
la última carrera, pero el segundo puesto de Spencer fue suficiente para que se
llevara su primer título mundial por dos puntos.
Aquel día
Freddie Spencer ganó su primer Campeonato del Mundo de 500cc con 21 años,
convirtiéndose en el piloto más joven en conseguirlo, distinción que hasta
entonces tenía Mike Hailwood.
Tras un año
dorado, 1984 fue un año plagado de problemas. El binomio moto-piloto que no
terminó de funcionar y las lesiones impidieron que se reafirmara como campeón.
Y por fin llegó 1985, el año en el que inició el asalto a la gesta que le
convirtió en eterno: vencer de forma simultánea en el cuarto de litro y con las
indomables 500. Spencer ganó 14 carreras (siete en cada cilindrada) y consiguió
los dos campeonatos, además de las tres grandes categorías en el Campeonato AMA
en Daytona. Algo inimaginable.
Tras una
temporada histórica, el brillo de Spencer desapareció y aparecieron las
lesiones y las inseguridades, hasta que en 1988 terminó por retirarse. Los
médicos creyeron que sus lesiones se agravaron por el hecho de competir en dos
Campeonatos del Mundo a la vez. Intentó volver en varias ocasiones al Mundial
de Motociclismo y al Campeonato de Superbikes con resultados dispares; En el
AMA llegó a ganar varias carreras no como en el Mundial de Motociclismo. Esos
intentos dejaron claro que ya no quedaba nada de aquel piloto que maravilló al
mundo y que consiguió lo inimaginable.
Desde entonces
se ha dejado ver poco, en algunas entrevistas o apariciones en exhibiciones.
Intentó formar una escuela de pilotos en Las Vegas, ciudad en la que reside,
que quebró en 2008.Freddie Spencer llegó, brilló, maravilló y se marchó igual
de rápido. Fue una de esas estrellas cuyo rastro perdura a lo largo de los años
y de las generaciones. Aunque todo en su carrera fue rápido siempre habrá
alguien que recuerde la leyenda de Fast Freddie.
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