Hubo un tiempo en el que las carreras de MotoGP eran realmente aburridas. Un piloto, generalmente Stoner o Lorenzo en ocasiones, se marchaba y hacía toda la carrera en solitario mientras los demás solo podían ver como aumentaba la diferencia. Apenas había un par de adelantamientos y el resultado ya se sabía al termino de la primera vuelta. Ese tiempo no queda muy lejano, apenas un par de años atrás incluso menos.
Dorna hizo todo lo que pudo para intentar que GP volviera a ser el centro del Mundial –no es que dejara de serlo en algún momento pero las carreras de 125cc y 250cc o Moto3 y Moto2 se convirtieron en las carreras realmente divertidas que te tenían pegado a la televisión sin pestañear-, entre otras cosas puso límite de motores, cambio el sistema de clasificación de MotoGP, entró en vigor un carné por puntos que apenas han utilizado y decidió introducir las CRT.
El mundo paralelo en el que se mueven las CRT, que apenas salen en las retransmisiones o son mencionadas y que en mi opinión no le han aportado nada al Mundial; es más tienen su propio “título” ya que no logran ni acercarse a las 1000cc.
El caso es que nada le devolvió la chispa a MotoGP y todo seguía igual. Del dominio de Yamaha se pasó al de Honda, Stoner se retiró y consiguió que se abriera un debate sobre si hacia o no lo correcto, Rossi continuaba perdido en Ducati y Pedrosa volvía a perder todas sus opciones de título.
Con ese escenario Dorna tomó una decisión acertada: cambiar la norma por la que un rookie no podía correr en un equipo oficial. Y así Márquez llegó a HRC. El piloto de Cervera era lo que necesitaba la categoría. Su frescura, su falta de miedo, y como dice Ángel Nieto su decisión. La llegada del rookie fue una llamada de atención para los demás pilotos que, como ellos mismos han declarado, tuvieron que mejorar su pilotaje si querían seguir vivos en el campeonato.
Con Márquez no solo llegó la mejor versión de los pilotos -Lorenzo se vio obligado a forzar la M1 hasta límites casi imposibles y recuperar el pilotaje de sus primeros años agresivo, de cuerpo a cuerpo que tenía casi olvidado- sino que también trajo polémica. ¿Era su pilotaje demasiado agresivo? ¿Se pegaba demasiado a Dani Pedrosa en cada carrera? Puede que ambas cosas sean ciertas, pero también es verdad que los demás pilotos no se empezaron a quejar hasta que Márquez se convirtió en un enemigo real y no sobre el papel.
Y cuando las cosas volvieron a coger su rumbo, MotoGP volvió a ser emocionante, llegaron las sorpresas; las lesiones de Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa y la descalificación de Marc Márquez en una atípica carrera en Phillip Island; por si ver al piloto recién llegado a la categoría llevar una 1000cc no fuera suficiente.
Mientras los tres españoles se peleaban por el título, Rossi dejaba algunos destellos en sus luchas con Bautista y Crutchlow; las Ducati se peleaban entre ellas por puestos no destacables en la clasificación y las CRT eran guiadas por Aleix Espargaró.
En Valencia Jorge Lorenzo no pudo hacer nada para impedir que Marc Márquez se llevara el título. Dani Pedrosa una vez más fue víctima de su mala suerte y Áleix Espargaró volvió a ser por segundo año consecutivo la mejor CRT.
En 2013 siempre se han escuchado los mismos nombres, pero por primera vez en mucho tiempo las carreras de MotoGP han vuelto a ser lo mejor del domingo y tiene pinta de que no va cambiar por lo menos en la próxima temporada. Los 18 Grandes Premios de esta temporada han conseguido que las aburridas carreras de GP parezcan estar mucho más lejanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario