Comienzo los
Throwback Thursday hablando de Álex Crivillé. He de reconocer que es mi
debilidad; como pone en la biografía del
blog tengo una camiseta suya desde los ocho años la cual llevaba conmigo a
todas partes y que ahora está guardada para que no me la tiren.
Podría intentar
razonar mi pasión hacia él, aunque la verdad es que desconozco el origen de
esta. No sé por qué empecé a seguirle carrera tras carrera cuando tenía siete
años, pero lo que sí sé es que fue el primer deportista del que fui fan, fan de
verdad.
Álex Crivillé ya
estaba destinado al mundo de la velocidad incluso antes de nacer, su hermano
mayor Josep quería que se llamara Álex en honor del ex-piloto de F1 Álex Soler
Roig. Al final le inscribieron en el Registro como Alexander, tenían que elegir
entre ese o Alejandro, pero nadie le ha llamado nunca así.
En la mente de
todos está por ser el primer piloto español en conseguir un título de la
categoría reina- el único de 500cc- pero su historia, como la de todos los
pilotos comienza antes de que supiera andar. Sus hermanos Josep y Antonio y su
tío Blai son los culpables de que se subiera a una moto y Derbi de que debutara
en el Campeonato de Europa.
Debutó en el
Campeonato de Europa sobre una Derbi de 80cc y Julián Miralles como compañero
de equipo. Desde el primer momento demostró que todos aquellos que veían en él
a un campeón del mundo no se equivocaban y el propio Miralles lo sufrió en
primera persona, tirando de veteranía para lograr el título. Ese año Crivillé
terminó tercero consiguiendo su primera victoria internacional en Assen y su
primer podio mundialista en Jerez.
El europeo se le
quedaba pequeño por lo que se centró en el Mundial. En 1989 fichó por JJ Cobas
para disputar el Mundial completo llegando los resultados muy rápidos. Ese año
consigue 5 victorias y se convierte en el piloto más joven hasta el momento en
conseguir el título.
Crivillé siempre
dijo que cuanto más grandes fueran las motos mejor, pero paradójicamente 250cc
no fue su categoría. Nunca llegó a encontrar la moto y el equipo correcto para
brillar. Por fin en 1992 da el gran salto a la categoría reina. Ficha por Honda
como único piloto del equipo de Sito Pons. En Malasia, en el tercer Gran
Premio, logra subir al podio con Doohan y Rainey y en Assen consigue su primera
victoria, siendo el primer español en conseguir una en la máxima categoría.
Continúa con su
progresión en la categoría pero sabe que si quiere ganar el título tiene que
moverse por otros equipos y es en 1994 cuando ficha por HRC. Aquella sería la
primera vez que compartiría box con Doohan. 1996 es el año de la confirmación.
Crivillé encandila al público con sus duelos con el piloto australiano. Su
rivalidad tanto dentro como fuera de la pista – el propio Crivillé cuenta en su
biografía como se dio cuenta del doble juego que tenía su compañero de equipo –
les llevó a ser una de las parejas más famosas de la historia del Mundial. Sus
peleas sobre la moto conseguían poner a todo el mundo en pie. Tras unos inicios
titubeantes, Crivillé encadena una serie de podios hasta la caída en Jerez,
producida en parte por la inolvidable invasión en pista en la última vuelta. En
Austria llegaría la primera victoria, al imponerse a Doohan en la misma línea
de meta. Dos semanas después, en Brno, el piloto australiano sufre otra derrota,
al verse superado por Crivillé por sólo 2 milésimas, la distancia más corta en
toda la historia del Mundial. Doohan logra esta temporada su tercer título,
pero Crivillé es segundo.
Los dos años
siguientes serían un poco más de lo mismo, la lucha entre los compañeros de
equipo por el título continua. La mala suerte y los problemas se posicionan del
lado del catalán y es Doohan quien consigue su tercer y cuarto título.
El 24 de octubre
de 1999, es una fecha marcada en la memoria de cualquier amante del motociclismo.
Ese día Álex Crivillé conseguía lo que nunca nadie antes había logrado. Por
primer vez un piloto español se alzaba con el título de campeón del mundo y
destronaba a uno de los más grandes, Mick Doohan. Aquel día de finales de
octubre Brasil se volvió español.
El título
suponía el broche a una vida persiguiendo un sueño y luchando muy duro por él.
Doohan parecía inalcanzable, pero Crivillé demostró que no solo se podía llegar
a su nivel si no que también se le podía superar. Le superó en muchas ocasiones
pero el año de su victoria no pudo hacerlo en pista, Doohan se quedó fuera en
Jerez tras un accidente y Crivillé pudo disputar el resto de carreras con una
mayor tranquilidad. Consiguió cuatro victorias consecutivas que marcaron la
diferencia, con exhibiciones incluidas, como la de Montmeló.
No todo fue bonito aquel año, la caída en Phillip Island hizo peligrar el título. Se rompió la mano y aún así salió muy tocado a correr porque tenía el título casi ganado; al final de temporada tocó sacar la calculadora en cada carrera para conseguir el ansiado título. Pero toda la presión del final de temporada desapareció en Brasil, no ganó pero la sexta posición en la que cruzó la línea de meta le supo a victoria.
Aquel día, con
aquel título se rompía la hegemonía de los pilotos americanos y australianos,
no solo un europeo volvía a ganar el título de la categoría reina tras 17 años,
sino que el español abría las puertas a una cantera de pilotos extraordinarios
que dominarían el campeonato años más tarde.
Los años que
siguieron no fueron tan bonitos y el 16 de febrero de 2002 convocó a los medios
en el circuito de Cheste para anunciar su retirada por problemas de salud,
ataques de epilepsia en concreto.
Hasta 2011 pasó
a formar parte del equipo que retrasmitía el Mundial en TVE junto a Ernest
Rivera y Ángel Nieto. Delante de las cámaras fue serio, profesional, evitaba
las polémicas pero no su pasión por las motos y cada vez que discutía con Nieto
se convertía en una autentica master class sobre motociclismo.
En 2014 volvió ponerse frente a las cámaras para comentar el Campeonato junto a Enerst Rivera una vez más pero cambiando a Nieto por Alberto Puig en sus "discusiones" sobre pilotos, trazadas o circuitos.
Siempre fue un
tipo tímido, de pocas palabras pero con un gran carisma que consiguió
encandilar al público y quedarse en el corazón de muchas personas, el mío entre
ellos.
Ese campeonato sigue en mi recuerdo. A día de hoy sigo planchando la camiseta promocional que hizo Repsol. Motivo "Criville campeón del mundo"
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