Quizás fuera porque ese día me levanté especialmente romántica o porque en Estado Unidos todo tiene aspecto de película, pero al ponerme a pensar en el Gran Premio de Austin del año pasado y en especial –y sin poder remediarlo- en Marc Márquez, me pareció todo bastante idílico y hasta comparable a las historias de amor de las películas americanas.
Todo empieza cuando tu amiga te
habla de un chico, amigo de su novio claro, más de la cuenta. Es perfecto para ti,
o al menos eso dice ella y lo vende tan bien que no te hace falta conocerle
para emocionarte. Además en tu intento de auto convencerte de que es real
piensas que si es amigo de X no puede ser malo.
Así era el circuito de Austin,
el proyecto más bien. Se hablaba mucho, se comentaba y cada año se presentaba
el proyecto como una realidad más y más cercana. Todo parecía perfecto, al
menos sobre el papel y con Kevin Schwantz como abanderado del proyecto y principal
interesado en llevar el Mundial a su Texas natal era complicado no emocionarse
y pensar que todo iba a salir más que bien.
Tras todo el periodo de
expectación llega el día D. La cita que tu amiga y su novio han organizado con el
chico en cuestión. En ese momento se mezclan la parte AC/DC, la de las mil
dudas (¿Y si no me gusta?, ¿y si no es tan bueno como dicen?, ¿y si no me hace
gracia?, ¿y si yo no le gusto a él?), con la Disney, la que cree que va a ser
un príncipe azul.
Esa fase equivaldría al test
privado que hicieron Honda y Yamaha en el recién estrenado circuito. En este
caso la parte AC/DC va más encaminada hacía dudas sobre el trazado, el asfalto,
el paso por curva, el comportamiento de la moto en pista, sobre el circuito en
general; y la de Disney a que sea el circuito deseado, divertido, complicado,
con puntos para adelantar, en definitiva emocionante.
De pronto ves al chico. Es alto,
moreno y hasta guapo. Te sonríe y empiezas a hablar con él. No tardas en
descubrir que es divertido, te hace reír y eso tan solo con la primera copa. Según
avanza la noche y el número de copas va aumentando te va gustando más y cada
vez te parece más guapo.
Los pilotos llegan al circuito. Esta
nuevo, a estrenar y aunque no está la emoción del público si está la de rodar
por primera vez en él. Salen a pista y ese es el momento en el que Marc Márquez
se vuelve protagonista. Ninguno conoce el trazado, pero además él es el novato,
no tiene experiencia sobre una mil, pero tampoco tiene miedo y no tarda en
descubrir que se divierte sobre las motos de mayor cilindrada. Cada vuelta que
da en los días que dura el test son como cada copa de una noche, a medida que
aumentan también lo hace la diversión. No solo va conociendo más el circuito
sino que es el más rápido, supera a pilotos con títulos mundiales, con años de
experiencia en la categoría reina y a Valentino Rossi.
Termina la noche. Una noche de
la que no esperabas mucho pero que ha terminado siendo un éxito. El chico te ha
gustado, te has reído, parece que tú a él también y estando segura de que no es
por el efecto del alcohol quieres volver a verle.
Así fue la despedida de Márquez
con el circuito de Texas. Con la buena sensación de haber sido el más rápido
siendo el novato, de haber dominado un circuito que todos pisaban por primera
vez. Dejándonos a todos con las ganas de más, de verle competir en el Mundial,
de volver a verle rodar en Austin.
No vuelves a saber de él hasta
que meses después volvéis a quedar. Emocionada por el recuerdo que te dejó el día que os conocisteis. Con tensión por saber si aquello fue verdad o un espejismo. Descubres que aquella noche fue tan solo una pincelada de lo que podía llegar a ser. La segunda vez que le ves se convierte en una de esas noches que te costará mucho olvidar.
Así llegó por primera vez el GP de Austin. Sin Schwantz por problemas entre el piloto americano y el circuito pero con el recuerdo de aquellos días de test. Basándonos en esos tiempos Márquez partía como favorito, además venía de hacer tercero en Qatar peleando con Valentino Rossi por la segunda posición y quedando por delante de su compañero de equipo Dani Pedrosa.
Aquel domingo 21 de abril Marc Márquez lo marcaría en su calendario como uno de los más importantes de su carrera deportiva. Ese día, en la segunda carrera del Mundial cruzaba primero la linea de meta y empezaba a perfilar un año perfecto.
Llega el momento de la despedida, del beso, del abrazo. Te marchas sonriendo, feliz.
Márquez celebra la victoria con su equipo, con su familia. Como siempre sin dejar de sonreír, feliz.
Así llegó por primera vez el GP de Austin. Sin Schwantz por problemas entre el piloto americano y el circuito pero con el recuerdo de aquellos días de test. Basándonos en esos tiempos Márquez partía como favorito, además venía de hacer tercero en Qatar peleando con Valentino Rossi por la segunda posición y quedando por delante de su compañero de equipo Dani Pedrosa.
Aquel domingo 21 de abril Marc Márquez lo marcaría en su calendario como uno de los más importantes de su carrera deportiva. Ese día, en la segunda carrera del Mundial cruzaba primero la linea de meta y empezaba a perfilar un año perfecto.
Llega el momento de la despedida, del beso, del abrazo. Te marchas sonriendo, feliz.
Márquez celebra la victoria con su equipo, con su familia. Como siempre sin dejar de sonreír, feliz.
Y ahí termina todo entre risas y celebraciones. Pone FIN pero tú sabes que se trata de un continuará, que esa segunda parte se estrenará el domingo y aunque desconoces el guión, si terminará siendo un drama o una comedia lo que seguro va a ser es de película, pero de las buenas.
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