Piensas en Marc Márquez y parece
fácil ponerse a escribir sobre él, pero nada más alejado de la realidad, ha
llegado a un punto en su corta trayectoria que no quedan adjetivos para
describirle, ni palabras para expresar lo que hace. Genio, histórico, brillante,
de otro planeta, todo eso ya se ha dicho y ya se ha quedado corto. Ha superado todas
las expectativas y aunque te predispongas a no sorprenderte terminarás haciéndolo.
En Le Mans dijo que quien diera por
sentenciado el Mundial no sabía de motociclismo, y el domingo durante unos
minutos pareció que llevaba razón, exactamente los minutos que tardó en recuperar
las ocho posiciones que había perdido en la salida. Una vez logró pasar a
Valentino Rossi y colocarse en cabeza la idea de que podíamos estar ante una
carrera en la que Márquez no dominara se esfumó.
Terminó dominando la carrera,
sin rival, como lleva haciendo desde que arrancara el Campeonato en Qatar y
aunque la memoria no da para recordar la última vez que un piloto logró ganar
las cinco primeras carreras, la teoría nos dice que esto hace que las carreras
se vuelvan aburridas, y sí, es verdad que la teoría en esto no falla pero
también es verdad que con Marc Márquez la teoría no vale; al menos mientras
siga divirtiéndose sobre la moto y disfrutando de este deporte demás también
disfrutemos.
Llegó al corralito y salto sobre
su equipo – al igual que con el resto de las victorias – rió, bailó, recibió
golpes en el casco y sonrisas como si fuera la primera vez que ganaba una
carrera, dando la impresión que no estaba haciendo historia, que no estaba
defendiendo el título de Campeón del Mundo. Esa es la magia de Márquez.
De los artistas dicen que tienen
duende pues el de Cervera también. Ayer leía en Twitter que alguien decía no
entender como todavía hay gente a la que no le gusta Márquez y es que tiene esa
magia que engancha, enamora y de la que muy pocos pueden presumir. Transmite
alegría, ilusión, consigue que la gente se emocione con tan solo la idea de
verle correr y lo bueno es que aún guarda esa frescura que no ha habido tiempo
de ensuciar, es decir que aún sigue siendo él sin tiempo para crearse una
imagen o una fama como ocurre con Valentino Rossi que por mucho que sea uno de
los más grandes de la historia y aunque cueste creerlo hay personas que no
pueden verle.
Dado que vamos a tener que
escribir mucho más de Márquez más nos valdría empezar a inventar adjetivos
nuevos y borrar todos los records de la historia del motociclismo conseguidos
porque seguro que el de Cervera los va a batir sin pestañear.
No hay comentarios:
Publicar un comentario