lunes, 19 de mayo de 2014

Marc tiene magia



Piensas en Marc Márquez y parece fácil ponerse a escribir sobre él, pero nada más alejado de la realidad, ha llegado a un punto en su corta trayectoria que no quedan adjetivos para describirle, ni palabras para expresar lo que hace. Genio, histórico, brillante, de otro planeta, todo eso ya se ha dicho y ya se ha quedado corto. Ha superado todas las expectativas y aunque te predispongas a no sorprenderte terminarás haciéndolo.

En Le Mans dijo que quien diera por sentenciado el Mundial no sabía de motociclismo, y el domingo durante unos minutos pareció que llevaba razón, exactamente los minutos que tardó en recuperar las ocho posiciones que había perdido en la salida. Una vez logró pasar a Valentino Rossi y colocarse en cabeza la idea de que podíamos estar ante una carrera en la que Márquez no dominara se esfumó.

Terminó dominando la carrera, sin rival, como lleva haciendo desde que arrancara el Campeonato en Qatar y aunque la memoria no da para recordar la última vez que un piloto logró ganar las cinco primeras carreras, la teoría nos dice que esto hace que las carreras se vuelvan aburridas, y sí, es verdad que la teoría en esto no falla pero también es verdad que con Marc Márquez la teoría no vale; al menos mientras siga divirtiéndose sobre la moto y disfrutando de este deporte demás también disfrutemos.

Llegó al corralito y salto sobre su equipo – al igual que con el resto de las victorias – rió, bailó, recibió golpes en el casco y sonrisas como si fuera la primera vez que ganaba una carrera, dando la impresión que no estaba haciendo historia, que no estaba defendiendo el título de Campeón del Mundo. Esa es la magia de Márquez.

De los artistas dicen que tienen duende pues el de Cervera también. Ayer leía en Twitter que alguien decía no entender como todavía hay gente a la que no le gusta Márquez y es que tiene esa magia que engancha, enamora y de la que muy pocos pueden presumir. Transmite alegría, ilusión, consigue que la gente se emocione con tan solo la idea de verle correr y lo bueno es que aún guarda esa frescura que no ha habido tiempo de ensuciar, es decir que aún sigue siendo él sin tiempo para crearse una imagen o una fama como ocurre con Valentino Rossi que por mucho que sea uno de los más grandes de la historia y aunque cueste creerlo hay personas que no pueden verle.

Dado que vamos a tener que escribir mucho más de Márquez más nos valdría empezar a inventar adjetivos nuevos y borrar todos los records de la historia del motociclismo conseguidos porque seguro que el de Cervera los va a batir sin pestañear. 

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