Se encienden las luces, se apaga el
semáforo y vuelve la acción, casi como si no hubiera habido parón. En cuanto
ves a los pilotos formar en la parrilla de salida se te olvida lo largos que han
sido los meses de invierno; que mira que se hace largo el tiempo entre
temporada y temporada.
Estaban todos, Márquez con el 1 en el
carenado, Lorenzo, Pedrosa, las Ducati que en pretemporada parecía habían
vuelto a levantar la cabeza y las Suzuki que vuelven a hacer acto de presencia en
el Mundial; pero la sorpresa la dio Valentino Rossi. Que si, que después de
todo este tiempo sigue sorprendiendo.
El piloto italiano se hizo con la primera
victoria de la temporada y eso no es lo que sorprende, sino la ilusión que
continua mostrando después de tantos años en el Campeonato. Tiene 36 años pero
al verle ganar parece que es uno de los pilotos recién llegado. Como si las
carreras, las victorias, los podios y los nueve títulos desaparecieran.
Hace tiempo que algunos le quieren retirar
y puede que las caídas o la falta de resultados a los que nos tenía
acostumbrados les abalen, pero cuando menos te lo esperas aparece, como lo que
es, un grande. Demostrando que como dijo un día Álex Crivillé: “los viejos
rockeros nunca mueren”. Algo que el domingo en Qatar Rossi se aseguró
reafirmar.
Me gustan los pilotos que saben disfrutan
del motociclismo, que sobre la moto son felices y Valentino Rossi es de esos. Puede
que su continua sonrisa sea propia de su carácter, pero la que tiene al bajarse
de la moto sin importar la posición en la que termine la carrera va más allá
del carácter, es cuestión de pasión.
Después de pasar todo el invierno
esperando que llegara el 29 de marzo, tener que aguantar todo el domingo – la
carrera quedará muy bonita de noche y dará mucho espectáculo, pero el día se
hace eterno – escuchar la sintonía del Mundial te mejora por completo el día y
ver la felicidad de Rossi en el parque cerrado compensa la espera.
Ya estamos en marcha. Con el circuito de
Qatar cerrado hasta la próxima temporada y los equipos y pilotos camino de
Austin, solo nos queda esperar a que suene el himno en tierras americanas y
desearle larga vida a los viejos rockeros.
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